Nepal en llamas: Juventud quema el Parlamento en protestas mortales contra corrupción y crisis política





Protestas masivas en Nepal llevan a la dimisión del primer ministro

Manifestantes en Nepal incendian instituciones y provocan crisis política

El martes 9 de septiembre, decenas de miles de jóvenes protestantes incendiaron el Parlamento, el Palacio de Gobierno y varias sedes de partidos políticos en Nepal. Además, bloquearon carreteras y asaltaron edificios gubernamentales, generando un ambiente de caos en distintas áreas del país. Las residencias del presidente Ram Chandra Poudel y del primer ministro K.P. Sharma Oli también resultaron afectadas, aunque este último ya había renunciado a su cargo en medio de la crisis.

Una escalada de violencia en medio de una crisis política

El país atraviesa una grave crisis política alimentada por la corrupción y la inestabilidad institucional. La protesta, liderada por el movimiento juvenil conocido como «Generación Z» (nacidos entre 1997 y 2012), alcanzó su punto máximo este martes con saldo de al menos 25 muertos y más de 300 heridos. La movilización refleja el descontento generalizado ante la situación política, social y económica que enfrenta Nepal.

El detonante fue la denuncia de corrupción en el gobierno y una serie de decisiones controvertidas que incrementaron la tensión social. A pesar de que se estableció un toque de queda en Katmandú y otras localidades, las manifestaciones continuaron en un escenario de creciente violencia. La utilización de redes sociales como Facebook, Instagram y TikTok fue clave para organizar y difundir las protestas, que se caracterizaron por su intensidad y alcance.

Incidentes extremos y consecuencias del descontento

La situación se agravó cuando manifestantes asaltaron e incendiaron el Parlamento, el Palacio de Gobierno y las viviendas de líderes políticos, incluido el primer ministro. Estas acciones reflejan la profunda indignación popular y el rechazo al sistema político vigente. Además, en paralelo, más de 900 reclusos escaparon de la cárcel de Kaski, y alrededor de 1.500 internos huyeron de la prisión de Nakkhu, evidenciando el caos y la descontrol en varias instituciones.

Dimisión del primer ministro y la respuesta institucional

A pesar de las llamadas del presidente Ram Chandra Poudel para retomar el diálogo, los esfuerzos por calmar la crisis fueron en vano. La tensión llevó a la renuncia en masa de figuras clave, incluyendo 20 parlamentarios del Partido Rastriya Swatantra Party (SRP) y el ministro del Interior, Ramesh Lekhak. Asimismo, el primer ministro K.P. Sharma Oli anunció su dimisión mediante una carta, en la que justificó su decisión como un paso para facilitar una solución política en medio del estado de emergencia.

«He renunciado al cargo de primer ministro a partir de hoy con el objetivo de adoptar nuevas medidas para una solución política, considerando la situación excepcional que atraviesa el país», afirmó Oli en su comunicado.

Este acto se produce tras semanas de protestas y disturbios provocados por el rechazo a la gestión gubernamental y la censura en redes sociales. La crisis en Nepal continúa siendo un reto para las autoridades, que enfrentan una población cada vez más movilizada y descontenta con el sistema político.


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